La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el pasto nuevo brotaba
como una verde humareda.
las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
yo vi a las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
-recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
hoy en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
¡juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario