Cuenta la
leyenda que Sun Wukong nació de una piedra mágica y debido a sus increíbles
capacidades, pronto fue proclamado Rey de los Monos de las Montañas de las
Flores y la Fruta. Sin embargo, nada de esto fue suficiente para él, por lo que
decide dejar la montaña en busca de la vida eterna.
Gracias a
su fortuna, consiguió que uno de los discípulos de Buda, el gran Subhuti, le
mostrara el camino para realizar las 72 transformaciones y efectuar saltos de
miles de kilómetros, pero la vanidad de Sun Wukong lo llevó a ser expulsado del
templo de Subhuti. Al continuar con su travesía, el Rey Mono se encontró con el
bastón mágico (Ru Yi Bang), que el Rey Dragón utilizaba para mantener el
equilibrio de los 7 mares. Sun Wukong logró reducir el bastón de 8 toneladas a
su tamaño para usarlo como arma, con la cual luchó contra los dioses del
inframundo y al derrotarlos consiguió borrar su nombre del libro de La Vida y
la Muerte.
Esto
promovió la ira de los dioses que decidieron acudir al Emperador de Jade,
supremo señor de los cielos, los mares, la tierra y el inframundo quien decidió
someter al Rey Mono a su autoridad. Preocupado por todo lo que Sun Wukong había
causado, el Emperador de Jade decidió invitarlo al reino celestial y ofrecerle
un puesto en su corte, asignándole el cuidado de los jardines donde crecían los
duraznos con los que se alimentaban los dioses y diosas para mantener su
inmortalidad. Al sentirse en peligro, el Rey Mono comió toda la fruta que pudo
y escapó a la tierra seguido por un ejército de cien mil hombres al mando del
Emperador, pero gracias al inmenso poder que había alcanzado logró derrotarlos
a todos, hasta que finalmente fue vencido por los guerreros celestiales. Todo
intento por ejecutarlo fue en vano ya que ninguna espada pudo cortar su cuello,
por lo que el Emperador de Jade desesperado, acudió al único ser que podía
controlar al Rey Mono, el mismo Buda.
Buda
desafió a Sun Wukong a escapar de su mano, condicionado a ser exiliado del
mundo mortal si fracasaba, a lo que el Rey Mono aceptó exigiendo el puesto del
emperador si tenía éxito, Sun Wukong se dispuso a dar su mejor salto y al caer
se encontró frente a 5 columnas gigantescas, creyendo que había llegado al
límite del cielo escribió sobre uno de los pilares “El Gran Sabio estuvo aquí”
y regresó a cobrar su título. Al volver se encontró con la sorpresa de que su
gran salto ni siquiera había podido superar los dedos de Buda, vencido, el Rey
Mono trató de escapar, por lo que Buda cerró su mano y la transformó en una
montaña de 5 picos donde Sun Wukong quedaría atrapado por los siguientes cinco
siglos... hasta que es puesto en libertad con la condición de acompañar al
monje Xuanzang en su viaje largo al oeste, de China a India.