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Algún Día


Podré algún día sentirte junto a mí, arrebatarle al tiempo sus minutos, las nubes al cielo, las estrellas al firmamento y después de ello tan sólo después entonar un canto con el silencio, dibujar bajo la luna ilusiones en millones de sonatas; escribir prosas en la eterna claridad del alma, versos en las rosas del campo de tus sueños, grabar imágenes en los recuerdos de las corolas danzantes al alba de tus ojos
Oh…! Tus ojos infinito delirio del corazón mío, delinearía tus labios en la dulce intensidad de la pasión…

Jinetes del destino sacian los caminos andantes, despiden las palabras eternas, ondas frases refugiadas en la memoria, lirios bordados en deseo, anidados en el silencio de mis días; posado en mi mente… míralo tan sereno, míralo tan callado, tan mío aunque ajeno, él, aquel por quien late, aquel por quien se estremece, aquel por quien vibra, aquel por quien este corazón rebosa de alegría… míralo !!!…

Cristalinos destellos apartados del sonido, anuncian el sosiego cálido de tu cuerpo, ambrosia infinita perteneciente al deseo de tu piel, demencia agitada en los capullos de tus labios, ríos sedientos de lujuria,  caricias cautivas, seductores labios enmarcados de besos, miradas radiantes y estremecedoras invaden este débil corazón, te refugias en mi alma y tiñes mi corazón, imagina un día amor, imagina la primavera en un invierno, imagina una ráfaga de pasión en el delirio, imagina la frágil luna y su cálido manto, imagina un día en el amanecer sintiendo una lluvia de frenesí, tan sólo mi amor imagina un día no muy lejano, imagina un suspiro atenuando del viento, imagina un volcán de caricias, un mar de deseo… imagina mi amor la oscilación del recuerdo, imagina la realidad de un momento, imagínalo mi amor y hazlo realidad…

Bésame en la lejanía, abrázame en la distancia, conquístame en tu olvido, deséame en el silencio, que mi sentidos se estremecen si te percibo, me revives si me miras, siéntate en la vida que te rodea, sonríe al canto del Ruiseñor, conquista cada amanecer con tus ojos mi amor, con tus labios invade el atardecer y con tu ser mitiga el anochecer, cautivante amor mío refúgiate en mis días, invade por completo esto que te entrego, mi único amor dueño de mis sueños, dueño de mi ser, eres quien abastece el torrente de los campos, deidad de mis anhelos, verbo del destino, mi bien amado te entrego un pensamiento más, mi delirio entonado por ti, te entrego un corazón que vibra por ti,  algún día mi amor las zarzas azules del tiempo florecerán y entonarán las palabras que he callado y que no se pueden expresar… Te amo.

Besos


Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.